Junta de Gobierno: Biografia de Sebastian de Mendoza


Sebastian de Mendoza

Sebastian de Mendoza, en marzo de 1606, fué condenado junto con Francisco de Góngora (Mayordomo) y Antón Luis (Alcalde) a cien azotes cada uno y prohibición total de la salida de la hermandad bajo pena de excomunión mayor (tras un pleito que duró dos años), por unos hechos injustamente imputados que a continuación se describen:

En Semana Santa de 1604, la hermandad fué demandada por una de las cofradías más importantes de la ciudad, de la que formaban parte personajes muy principales de esta, en especial nobles: la Real Cofradía de Nuestra Señora de la Antigua, Siete Dolores y Compasión, radicada en capilla propia del compás del convento Casa Grande de San Pablo (la actual capilla de la hermandad de Montserrat). Esta cofradía acusaba a la de los negros de haber promovido, la tarde del Jueves Santo (15 abril de 1604), un fuerte escándalo, llegando a la agresión física, al encontrarse ambas hermandades en la actual plaza del Salvador. Era el primer año que se realizaba la estación obligatoria a la Catedral y la consiguiente carrera oficial no estaba definida, y las procesiones por aquel entonces se realizaban haciendo estación cada hermandad en dos, tres o cuatro iglesias, con lo que había muy frecuentes problemas de coincidencia de itinerarios con el correspondiente conflicto potencial por el pasar antes unas u otras por un lugar. Consta que la Antigua, tras hacer estación en la Catedral, visitando en ella la capilla de Virgen de su mismo nombre, cuadro pictórico entonces de grandísima devoción en la ciudad, realizaba también estación en las más importantes iglesias de Sevilla: el Salvador, la Magdalena (en la actual plaza de este nombre) y San Pablo.

A pesar de la prohibición el 23 marzo de 1606, noche de Jueves Santo, estando desautorizada por el gobierno de la ciudad, habiendo éste cerrado la Puerta de Carmona, la cofradia salío a la calle y forzó la Puerta de Carmona para poder realizar su estación. Aunque ya no sería hasta la noche del Jueves Santo, el 27 abril de 1625 con las reglas aprobadas por el Papa Urbano VIII cuando la cofradía volvió a realizar de forma regular la estación de penitencia a la Catedral.